La producción de camarones demanda soluciones nutricionales que ofrezcan soporte inmunológico, desarrollo uniforme y alto rendimiento zootécnico. En ambientes de cultivo intensivo, el equilibrio del sistema digestivo y la integridad del caparazón son fundamentales. Estrategias bien formuladas ayudan a la resistencia contra patógenos, a mejorar la conversión alimentaria y a reducir las pérdidas productivas, asegurando mayor sostenibilidad, productividad y calidad final del producto.